Respuesta
La tendencia en los informes de mortalidad para COVID-19 ha sido típica de las enfermedades infecciosas emergentes. Se informó que la tasa de letalidad fue del 15% (seis de 41 pacientes infectados) en el período inicial, pero esta estimación se calculó a partir de una pequeña cohorte de pacientes hospitalizados. Posteriormente, con en la medida que se obtienen más datos la letalidad disminuyó a entre 4.3% y 11.0%, y más tarde a 3.4%. Sin embargo, varios factores pueden restringir la obtención de una estimación precisa de la letalidad. El virus y su curso clínico son nuevos, y todavía tenemos poca información sobre ellos. La capacidad de atención médica y los factores de capacidad, incluida la disponibilidad de trabajadores de salud, recursos, instalaciones y preparación, también afectan los resultados. Un gran desafío con el cálculo preciso de la letalidad es el denominador: el número de personas infectadas con el virus. Los casos asintomáticos de COVID-19, los pacientes con síntomas leves o las personas diagnosticadas erróneamente podrían quedar fuera del denominador, lo que lleva a una subestimación y sobreestimación de la letalidad.