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La conciencia plena, o mindfulness, es una práctica que tiene sus inicios en el budismo y que desde hace años ha sido tomada y utilizada por la psicología debido a los beneficios que ha demostrado tener para la salud mental, por ejemplo, para el manejo de la ansiedad, del estrés y de otras respuestas emocionales.

Esta es una práctica que invita a las personas a intentar llevar su atención a las situaciones que están viviendo en el momento presente, los entornos que los rodean, así como a los pensamientos, sentimientos y sensaciones corporales que surgen como consecuencia de estas situaciones. Lo importante es intentar tener una visión libre de juicios, sin entender las cosas como buenas o malas, simplemente son cosas que pasan, que pensamos y sentimos.

Cuando practicamos la atención plena, es importante intentar que nuestros pensamientos se sintonicen con lo que estamos sintiendo en el momento en lugar de repetir y arrepentirnos por aquellas cosas que ya han pasado o imaginar y preocuparnos por lo que pueda pasar en el futuro.